A principios del siglo XVII, los manchúes se hicieron con el poder en China, instaurando la Dinastía Ching. Con numerosos focos rebeldes nacionalistas y anti-manchúes encendidos por toda la geografía, el nuevo gobierno dictó de inmediato la prohibición del estudio y la práctica de las artes marciales, en un intento de imponer el orden y afianzarse en el poder. "Viento de Fuego", oficial del ejército que sirvió a la depuesta dinastía precedente.