Dante tiene un par de problemas: la luz del sol lo puede matar y para vivir eternamente debe beber sangre humana. Es una condena que él aceptó para volver a encontrar a su amada Julia, esperando que ella vuelva de la muerte a la que prometió burlar. Dante en la oscuridad de su casa se emociona cuando reproduce en su videocastera la puesta de sol o el amanecer. Hasta que entre esas imágenes descubre a Julia, su amada, muerta en los años 20, hoy transformada en una chica del siglo 21. Entonces Dante decide reencontrarse con ella a pesar de que esto puede llevar a acontecimientos impensados.