Un preso no cesa de cantar y silbar todo el día una canción que reza "Sólo tenemos una vida, si no la disfrutamos, para qué la vivimos", ante tan desbordada alegría, un guardia de la cárcel le pregunta cómo puede estar tan alegre estando entre rejas. Así, el preso le narra la historia de cómo llegó allí. Era un simple empleado de banco, encargado de la caja. Harto de contar los millones de los demás y ser maltratado constantemente por su jefe, decide no avisar de un error en la contabilidad, y quedarse la fortuna...