Juan y Teresa llevan dos años viviendo juntos cuando a ella le conceden una beca en Londres. El día antes de su marcha, Juan abandona para siempre el piso que comparten. Juan decide olvidar a Teresa y aprovechar las tardes para conocer a otra mujer, pero con la condición de que sea por casualidad, ya que entablar una relación de otro modo le parece calculado y falso. Y así, cada tarde, a la misma hora, se sienta en el mismo banco de un parque y, a continuación, para ampliar sus oportunidades, se instala en la misma mesa de un mismo bar. De esta forma va a conocer, casi al mismo tiempo, a Alicia -en el banco- y a Ana en el bar.