Tato (17), es un huérfano a la deriva, un joven amante del rap. Junto a sus amigos Pitu (18) y La Crespa (16), buscan una alternativa a la muerte y el crimen, a través del arte del hip hop y las batallas callejeras. Tato tiene que huir, y su única opción es dejar la ciudad y vivir con su abuelo Octavio (78), un floricultor, a quien no conoce, y que desea heredar sus tradiciones. Dos generaciones, dos formas de vida y un continuo sentimiento de pérdida, muerte y soledad llueven sobre la vida de Tato en su lucha por sobrevivir y encontrar su propia identidad.