Durante las vacaciones Albert y Andy se ganan un dinero trabajando para sus vecinos con la misma dureza que un adulto, exigiendo a sus padres que les traten como tales. Al descuidar sus tareas escolares y sus obligaciones en casa, Charles y Jonathan les desafían a pasar la dura prueba de ir y volver a pie a Sleepy Eye, convencidos que no podrán valerse por sí mismos, y se darán cuenta de su error.