El cristianismo dice que la lujuria es un pecado, pero los imperios griego y romano la celebraron. La historia del pecado de la lujuria revela giros sorprendentes, incluyendo orgías cristianas gnósticas, leyes puritanas contra la fornicación y exorcistas que lucharon contra el demonio de la lujuria llamado Asmodeo. Hoy en día los científicos creen que la lujuria tal vez sea más genética que elección... pero ¿pueden demostrarlo?