Seimei asume el riesgo de ser destituido como tutor principal del Edo aflojando los shikigami de toda la ciudad, y alimentándose a sí mismo con todas sus fuerzas para hacer frente a Douman. Sus enfrentamientos con magia son feroces, y Douman se ve obligado a tomar la defensiva frente a las técnicas de Seimei. Justo cuando la batalla parece terminar, Douman recuerda la trágica historia entre su familia y el clan Ketsuno, y las razonas que tiene para odiar a Seimei y Katsuno. Consumido por las emociones negativas, Douman se transforma en un demonio gigante. En ese momento el demonio Antenmaru, un demonio sellado hace más de un milenio por los esfuerzos desesperados de los clanes Ketsuno y Shirino, posee el cuerpo de Douman.