Después de un terrible accidente de tráfico, la joven de 12 años Lizzie Fisher yace muerta en medio de la carretera. Su espíritu se acerca lentamente hacia la luz, pero entonces es devuelta de golpe a la vida por los médicos que han conseguido reanimarla. Lizzie está convencida de que durante los 184 segundos que estuvo clínicamente muerta algo extraño regresó con ella al mundo de los vivos. Las pesadillas y las visiones que la atormentan no hacen más que confirmar su creencia de que tendría que haber muerto en ese accidente. Aunque al principio nadie le cree, una escalada de fenómenos inexplicables en los que ella parece ser el epicentro harán que su madre acepte la posibilidad de que son víctimas de un poltergeist desencadenado.